sábado, 17 de abril de 2010

EXCEPCIONAL TRIBUTO A GERSHWIN

Disco tributo a George Gershwin y a Larry Adler, creado por varios artistas en1994 y producido por George Martin
Canciones:

1. Summertime - Peter Gabriel

2. Do What You Do - Chris de Burgh

3. Nice Work If You Can Get It - Sting

4. They Can't Take That Away From Me - Lisa Stansfield

5. Someone To Watch Over Me - Elton John

6. I've Got A Crush On You - Carly Simon

7. But Not For Me - Elvis Costello

8. It Ain't Necessarily So - Cher

9. The Man I Love - Kate Bush

10. How Long Has This Been Going On - Jon Bon Jovi

11. Embraceable You - Oleta Adams

12. Ridin' My Time - Willard White

13. My Man's Gone Now - Sinead O'Connor

14. I Got Rhythm - Robert Palmer

15. Somebody Loves Me - Meat Loaf

16. Summertime - Issy Van Randwyck

17. Larry Adler & George Martin - Rhapsody In Blue

domingo, 11 de abril de 2010

DESTITUIDA LA IMPULSORA DE LOS CARRILES BICI DE SEVILLA.EJEMPLO DE ACTUACIÓN MUNICIPAL(OBVIAMENTE EL CARRIL BICI,NO LA DESTITUCIÓN)

A cualquiera que haya ido en los últimos tiempos a la ciudad de Sevilla,habrá visto la apuesta exhuberante y cívica por el carril bici y por la bicicleta como medio de transporte alternativo,que ha convertido a la capital andaluza en un ejemplo de modernidad(alejada de la catetada que fue la Expo del 92).
Desde Málaga ,no puedo por menos que lamentar la caza y captura del talento y la capacidad de Pepa García Jaén.Reproduzco a continuación la entrevista que le hacen en el Diario de Sevilla
http://www.diariodesevilla.es/article/sevilla/674964/me/destituyen/por/negarme/una/obra/se/haga/y/pague/conculcando/contrato.htmlSon y están
Pepa García Jaén:"Me destituyen por negarme a que una obra se haga y pague conculcando un contrato"
Persona clave en la dotación de equipamientos en los distritos de Sevilla, acaba de ser destituida por Torrijos cuando su último logro, la red de carriles bici y de bicicletas públicas, se consagra como la inversión municipal más exitosa para cambiar a mejor la ciudad Actualizado 11.04.2010 - 05:03

Desde la terraza de su domicilio puede ver buena parte de la Sevilla que ha estudiado y en la que ha intervenido desde hace 25 años en la Gerencia de Urbanismo.


VIVE entre el Porvenir y el Hospital Virgen del Rocío, y desde su terraza se ve San Juan de Aznalfarache, donde nació hace 53 años. Su familia, sanjuanera, se mudó al Porvenir porque su padre pasó a trabajar en la fábrica de contadores suizos que allí se instaló. Es la tercera de cinco hermanos. Su esposo es catedrático en la Facultad de Filosofía. Tienen dos hijos, la mayor es arquitecta y ahora está en Harvard ampliando estudios gracias a conseguir una beca Talentia. El varón es ingeniero de coches deportivos y ha creado su empresa tras foguearse en Gran Bretaña.Fue una niña que estudió en un colegio de monjas, el Santa Elena, y que empezó a pensar por sí misma al no entender por qué sus hermanos varones y ella iban a centros educativos distintos, y por qué al contiguo Colegio Alemán sí iban juntos niños y niñas. Feminista y ligada a las ideas de izquierda desde su juventud durante la etapa final del franquismo, aunque no ha militado en ningún partido ("no me gusta la exigencia de obediencia ciega rayana en el sectarismo, que hoy se prodiga como exigencia en los partidos"), desde 1986 trabaja en la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU). "Soy de la primera promoción de geógrafos en Sevilla, siempre tuve predilección por especializarme en urbanismo, analizar los procesos bien o mal hechos por los que el urbanismo influye en la vida individual y colectiva".-¿Cómo debutó en la gestión del urbanismo sevillano?-Tras obtener mi plaza, pasé a las órdenes de Damián Quero, director de la Oficina para el Plan General de Ordenación Urbana. Ahí me curtí en descubrir la ciudad. Él fue un buen maestro. Participé en los estudios para detectar las necesidades y carencias en todos los barrios (colegios, centros de salud, parques, etc.), y constatamos que el nivel de equipamientos era bajísimo, a mucha distancia de la media española. Se luchó a brazo partido para conseguir suelo, del poco que había disponible en muchas zonas donde el urbanismo no se hizo en función de la densidad de la población ni de su bienestar. Y en esas parcelas residuales ubicar las dotaciones sociales. -Es una de las impulsoras de la creación de los centros cívicos.-Sí, inicialmente se les llamó centros polivalentes. Costó vencer las reticencias en el Ayuntamiento. Me decían continuamente: ¿Y quién lo va a mantener? ¿Quién lo utilizará? Hoy nadie duda que son imprescindibles. -¿Cómo llega a implicarse en el proyecto de carriles bici?-Cuando en 2003 se configura la nuevo gobierno municipal, con el pacto PSOE-IU, Paula Garvín plantea el reto de dotar a Sevilla de muchos carriles bici, reivindicación de diversos colectivos. IU sitúa en el staff de la GMU a José García Cebrián, abogado experto en urbanismo, y cuenta conmigo y con otros profesionales de la GMU para darle forma a esa idea. -¿Qué tiene de original la red sevillana de carriles bici?-Precisamente ser una red, no carriles bici inconexos, que es lo habitual en muchas ciudades europeas que estudiamos. Eso en Sevilla estaba condenado al fracaso. -Fueron muchas las críticas a la ejecución de este plan. -Cuando se empezó, casi nadie en el Ayuntamiento lo apoyaba. Decían que estábamos locos. Mucha gente rehuyó implicarse. Soportamos críticas e incomprensiones. Ahora todo el mundo se pone la medalla. Hemos demostrado que era posible. Nada menos que transformar 120 kilómetros de vía pública en sólo 4 años. Y que la ciudadanía hace suyo un sistema alternativo de movilidad. Eso es lo más importante, la población se da cuenta de cuándo algo es ventajoso para su vida cotidiana.-No me negará que hay trazados y ejecuciones discutibles.-Es verdad que ha habido algunos errores y fallos de ejecución. Ya están previstas todas las acciones para subsanar las anomalías. Aunque ya no esté yo, confío en que se acometan esas intervenciones.-¿Por qué no siguió García Cebrián al frente del proyecto?-En el nuevo equipo de gobierno municipal, en 2007, ya no está Paula Garvín al frente de Izquierda Unida, derrotada internamente en favor de Antonio Rodrigo Torrijos. Y las personas de confianza que no son funcionarios, y que había designado Garvín, se van porque están convencidos de que no podrán hacer bien su trabajo, y que su visión progresista del servicio público sufrirá los embates de la ortodoxia de un partido comunista. -En 25 años dentro de la Gerencia de Urbanismo ha evolucionado desde la elaboración de informes y estudios a la gestión de grandes presupuestos y a la toma de decisiones a pie de calle. ¿Le ha sobrepasado la responsabilidad?-He aprendido mucho de buenos compañeros. En la red de carriles bici hemos controlado todo el proceso, tanto el diseño como la ejecución. Teníamos reuniones de seguimiento cada 15 días con las empresas contratadas. Éstas decían que no estaban acostumbradas a que en la Gerencia de Urbanismo hubiera tal grado de supervisión, que para muchos proyectos casi no habia reuniones similares. Pero no se puede dejar a las contratas a su libre albedrío, entonces llegan los fallos, retrasos y sobrecostes. Desde el escrupuloso respeto a las normas y al uso del dinero público, ha sido un ejemplo de intervención en muchos barrios, conectándolos a una red general de transporte. Compárese con otros planes... -¿Los políticos dirigen con eficacia la Administración?. ¿Sobra o falta personal?-A la vez hay hipertrofia de plantillas y mal aprovechamiento de las mismas. Al principio decían que era imposible afrontar el reto de un plan urbanístico tan ambicioso, que no había dinero para contratar más personal. Yo dije que no hacía falta buscar técnicos fuera, sabía que dentro de la Gerencia de Urbanismo los hay, muchas veces poco utilizados. Sé quién vale y quién flojea. En el conjunto de la Administración, hay muchos que no tienen escrúpulos en estar de brazos cruzados si les encargan poca tarea. Conmigo no es así, quien entra a formar equipo sabe que va a trabajar mucho porque somos servidores públicos. -¿El sindicalismo ayuda a corregir defectos en la función pública?-Tampoco estoy contenta con la deriva del sindicalismo. Valoro la función sindical, y estuve en CC.OO. formando parte del primer comité de empresa en Urbanismo, era la única mujer. Lo dejé porque empecé a ver actitudes y objetivos que no me gustaban nada.-¿Quién es su jefe político en Urbanismo?-El delegado municipal, que sigue siendo Celis, y el gerente, Miguel Ángel Millán. Se mete con calzador en el organigrama la figura de un vicegerente, puesto por IU, para que controle las áreas que le ha concedido el PSOE, una de ellas la Oficina de la Bicicleta. Trabajamos en ella miembros de la Gerencia, y nos relacionamos con otros departamentos para todo: personal, contabilidad, asesoría jurídica y un sinfín de temas. Sin embargo, se intenta establecer una división artificial y nos llevan a la esquizofrenia. El problema añadido es que el vicegerente que coloca Torrijos, Gabriel Báez, es una persona de limitadísima capacidad, que ni aporta criterio ni sabe controlar para informar a sus superiores políticos. De entrada, les cubre un primer objetivo: otro sueldo alto del que perciben por obligación la mitad de su nómina para sostener gastos del partido.-¿Por qué no confían en usted?-Los problemas empezaron a subir de tono cuando Torrijos convocaba reuniones a las que asistían militantes de IU ajenos al motivo de esas reuniones. Tras la segunda encerrona, me negué a ese juego. Después intentaron que en las reuniones técnicas de mi equipo hubiera siempre presente una persona designada por el grupo municipal de IU. Tampoco me avine a ello, porque ¿qué aporta a una reunión técnica con aparejadores, jefes de obra, proveedores, etc., una persona que no sabe de lo que se habla? Es la obsesión de tener un comisario político. No saben ejercer el lógico control sobre un departamento municipal por los procedimientos adecuados.-En 25 años de funcionaria ha visto en el Ayuntamiento a políticos de cuatro partidos. ¿Esto no ocurría con los anteriores?-Nunca. Ni con el PSOE, ni con el PP, ni con el PA ni con IU cuando estaba Paula Garvín. Antes jamás me han amenazado ni coaccionado. Lo de ahora es un problema de incomprensión y falta de respeto al ámbito que compete al servidor público y a los procedimientos de gestión. No saben deslindar el plano de la toma de decisiones políticas respecto al de su ejecución por los funcionarios. Viven en una ortodoxia programática que les lleva a no fiarse de aquella persona que no sea de ellos o como ellos. Torrijos me increpó diciendo: "¿Estás conmigo o contra mí?". Y ni una cosa ni la otra, trabajo para la ciudad gobierne quien gobierne. -¿Qué indicación le dioTorrijos?-"En tu despacho no se puede mover un papel sin que lo sepa yo". Eso, además de absurdo, bloquea el funcionamiento de cualquier área. Por un departamento como el mío pasan papeles y trámites relacionados con mil y una cuestiones de índole menor: un árbol que sustituir, un imbornal que arreglar, unos vecinos que alegan un problema con los bordillos, etc. ¿Cómo va a estar parado ese cúmulo de incidencias en función de que lo vea un concejal?-¿Qué motiva su destitución?-Quieren alterar un proyecto ya aprobado, subvencionado, adjudicado y contratado para hacer tres kilómetros de carriles bici en Alcosa y el Polígono Sur, conectándolos a la red de carriles. Habíamos logrado la subvención de la Junta de Andalucía para construirlos. Y dan la orden de que no se hagan, para, con ese dinero, construir carriles en Su Eminencia, Sevilla Este y la Barriada de La Música. Y se lo comunican a la adjudicataria, dando por hecho que yo lo he aprobado. Cuando esta empresa se dirige a mí, sorprendida, para confirmar que se les pide hacer algo totalmente distinto a lo que tienen firmado en contrato, pido un informe a los asesores jurídicos de la Oficina de la Bicicleta y se lo envío al vicegerente. Así se le alerta de que se quiere conculcar la legalidad administrativa, pagando unas obras con el dinero concedido para otras. Y le explico los trámites a seguir para proyectar, presupuestar y ejecutar esos carriles que ahora plantean, que, por supuesto, no me opongo que a que se hagan. Pero no de esa manera ni evitando que se supriman los ya adjudicados. -¿Cuándo le comunican el cese?-Me convocan el lunes después de la Semana Santa y Torrijos me destituye, me acusa de ser una rebelde. Presiona al PSOE para que el gerente de Urbanismo ponga su firma en mi destitución como directora. Lo que hago es defender la legalidad y los procedimientos correctos para la gestión pública. No va a tirar por la borda 25 años de profesionalidad y prestigio acreditado. Le va a ser difícil manchar cómo he gestionado de modo impecable 30 millones de euros para la red de carriles bici, todo con expedientes donde todo es escrupulosamente correcto. Y, si hace falta, nos veremos en los tribunales por el mobbing al que me ha sometido.

domingo, 4 de abril de 2010

ENTREVISTA A IÑAKI AZKUNA EN EL DIARIO EL PAIS

La decadencia absoluta de la clase política en comunidades autónomas como la andaluza(es en la que resido) y otras, no se produce en el País Vasco.Sin duda ,la barbarie de ETA ha forgado una generación de políticos de auténtica talla moral en casi todos los partidos.
Basagoiti en el PP,Rodolfo Ares,Eduardo Madina o Patxi López en el PSOE, Rosa Díez en UPyD ,Iñaki Azkuna o Josu Jon Imaz(quizás el político español de más valía ,un potencial Barak Obama) en el PNV,Patxi Zabaleta en Aralar...y un largo etcétera de políticos actuales, diversos y con agallas que han venido a dar el relevo a Nicolás Redondo,Mario Onaindía ,Mayor Oreja(a pesar de sus recientes desvaríos),Ardanza y al siempre admirado Juan Mari Bandrés.
Reproduzco un reportaje en el dominical de el Diario El País sobre el incombustible bilbaino Iñaqui Azcuna.Irradia temple,conciliación y sentido común.

ENTREVISTA: ENTREVISTA Iñaki Azkuna Alcalde de Bilbao
"Con ETA no tenemos futuro"
JUAN CRUZ Y JUAN MARI GASTACA 04/04/2010

Iñaki Azkuna es grande, apasionado; mueve las manos como si subiera la ría a nado; ríe a borbotones; cuando está preocupado, parece un levantador de pesas, confiado. Es el alcalde de Bilbao, del PNV, cargo al que optará por cuarta vez; tiene 67 años y lleva 11 en el cargo. Es lo que algunos llaman un verso suelto, o un bertsolari libre. Padece un cáncer, y lo arrostra como se defiende ante la vida: empujando. Esta conversación la hicimos unos días antes de que ETA alcanzara su última víctima, cerca de París. En la conversación, que tuvo lugar en su antedespacho municipal, en una especie de atmósfera unamuniana, habíamos hablado del suicidio que estaban cometiendo los terroristas. A ver qué dice la izquierda abertzale cuando se produzca esa próxima víctima. Se produjo, y entonces llamamos a Azkuna para que dijera algo sobre el silencio que siguió entre los que apoyan a ETA desde el lado político. Y dijo el alcalde: "La izquierda abertzale debe dejarse de circunloquios y decir de una santa vez si se desprende de ETA. La gente está suficientemente harta ya y espera una respuesta contundente". La conversación propiamente dicha había comenzado por él, por su salud.
La noticia en otros webs
webs en español
en otros idiomas
"Sigo conviviendo con el cáncer de próstata. Me ha enseñado a relativizar. Mi segunda oficina es el hospital de Basurto"
"Con ETA no tenemos futuro"
"Josu Jon Imaz habría sido un 'lehendakari' que ya hubiéramos visto si saca a Patxi López del Gobierno vasco"
"PSE y PP no tienen nada que ver y su pacto se entiende porque han sufrido los que más las tarascadas del terrorismo"
Pregunta. ¿Cómo está usted?
Respuesta. Estoy bien, pero con un cáncer. El cáncer, en contra de lo que cree la gente, no se ha curado, pero lo tengo muy bien controlado por los médicos, y, como decía el otro, si me dan veinte años, pues me conformo.
P. ¿Cómo afecta eso en la vida?
R. A mí me llamó el urólogo cuando estaba poniendo la primera piedra de la Escuela de Ingenieros: "Es un cáncer". Te puedes imaginar lo que eso me supuso. Al final te dices: por algún sitio tengo que ir, o vas por el cáncer o vas por los infartos. Y en esta vida perra, a mí me ha tocado el cáncer, soy de familia de cancerosos. Me ha tocado el de próstata. Qué quieren que les diga, estoy hasta contento. Lo que pasa es que tuve mala suerte y la terapia que me pusieron me fue mal, y hubo una complicación seria, que es la que me ha traído por la calle de la amargura tres o cuatro años. Así que he estado ahí con embajadores, en multitud de reuniones, y he tenido que ir con una sonda y en unas circunstancias verdaderamente penosas. Y he aguantado. Ahora mi calidad de vida ha mejorado. Pero tengo el cáncer; me siguen haciendo las pruebas, me controlan. Y yo digo, con más moral que el Alcoyano, que mi segunda oficina está en el hospital de Basurto. Hicimos algo bueno en la época de Ardanza [él fue consejero de Sanidad y de Presidencia en el Gobierno vasco desde 1989 hasta 1999], que fue dejar en el centro este hospital, de modo que estoy allí en doce minutos, saludo a la enfermera, saludo al médico, me miran en un momento y me dicen: "Alcalde, al Ayuntamiento, que aquí no pintas nada".
P. Esta dificultad tendrá que enseñar mucho, ¿no?
R. Sí, te enseña a relativizar muchas cosas. Hay algunos que hemos dicho que teníamos cáncer; lo dijo Serrat, lo dije yo... A mí me pareció de lo más normal decirlo, porque no quería que estuvieran cuchicheando por detrás, que te vean más pálido y digan: "Mira, se está muriendo". Un político se debe a sus ciudadanos, y los ciudadanos tienen que saber qué te pasa.
P. ¿Ese era su carácter, esa capacidad de aceptar que todo es relativo?
R. Siempre he tenido un carácter fuerte, optimista; siempre he sido genio y figura, no les voy a engañar. Pero la enfermedad te enseña muchas cosas. Para empezar, que nadie está vacunado ante nada. Te crees el rey del mambo, y puede venirte cualquier cosa. Soy médico, pero me he cuidado seguramente tan mal como todos. Yo me he concentrado en Bilbao, en el trabajo; ha sido una salida, y ese trabajo me ha ayudado mucho.
P. Le saludan por la calle, dice usted, los que no piensan como usted. Ahora hay una Administración que no piensa como usted, el Gobierno vasco...
R. El 95% de los bilbaínos siempre me ha saludado afectuosamente. Y no piensa como yo tanta gente. Y el 5% me ha atravesado con la mirada.
P. ¿Y cómo reacciona?
R. Con mucho temple y con mucho aguante, qué vas a hacer. Pero sé que hay un 5% que te mira con cara de odio; ellos creen que les he hecho algo... Ahora hay, como dicen ustedes, una fuerza que manda en el país y que no tienen nada que ver con mis ideas. Es verdad. Pero yo tengo buena relación con mucha gente del Gobierno, con unos más que con otros. En todo caso, con todos busco la buena relación, con todos.
P. ¿Con el lehendakari?
R. También, también. Cuando ha habido que criticarle, le he criticado, y una vez discutimos fuerte en el Guggenheim, por una cuestión relacionada con el Guggenheim Urdaibai.
P. Que usted recuerde una discusión con el lehendakari y que ésta sólo sea sobre el museo, parece un milagro...
R. No he tenido ocasión de discutir más con él. Y además, yo no pretendo discutir con el lehendakari, no tengo ningunas ganas. Ni está en mis intenciones ponerle palos en las ruedas. En todo caso, en aquella ocasión no llegó la sangre al río y la cosa fue educadísima e incluso en algún momento cordial. Bastantes problemas tiene él como para ponerle ninguna piedra en la rueda. Y bastantes problemas tengo yo. Así que vamos a respetarnos.
P. ¿Y cómo ve usted que se está haciendo esta transición entre un tiempo tan largo de gobierno nacionalista y esta coalición de poder no nacionalista?
R. Ha sido una coalición que a mí personalmente me ha costado comprenderla. Es difícil entender que en España las relaciones PP-PSOE sean tan tremendas y aquí se haya dado ese pacto. Más se entiende por la situación que han tenido ambos partidos en Euskadi; ha sido una situación complicada y difícil porque ETA se ha ensañado con ellos, es evidente. Eso ha hecho muchos compañeros de viaje, porque desde el punto de vista ideológico no tienen nada que ver el PSE y el PP, ni históricamente ni desde ningún punto de vista... Se entiende el pacto porque ellos han sufrido los que más las tarascadas del terrorismo. Y el terrorismo se ha ensañado con ellos, y eso, naturalmente, los ha hecho compañeros de viaje.
P. Y Lizarra los quiso apartar.
R. Lizarra para mí fue un error tal como se vendió y tal como se hizo. Yo estaba entonces en aquel Gobierno vasco, y nunca se tenía que haber roto. Y recuerdo perfectamente que los tres consejeros socialistas que había en el Gobierno vasco no estaban por la labor de salirse. Influyó una circunstancia adversa, que operaban de columna al lehendakari Ardanza. Si Ardanza, que es un hombre de temple, moderado, un hombre que pisa tierra, hubiera estado sano y salvo, no sé yo si habría ocurrido aquello. En todo caso, Lizarra era, en términos marxistas, aventurerismo. El final era bueno, que ETA deje de matar era bueno, pero tal como se hizo, arrumbando a los demás partidos, eso tiene un coste. Ahí se rompió la conexión PSOE-PNV, y a ello contribuyó la reacción a la manifestación tras el asesinato de Buesa. Buesa era un peso pesado del socialismo, había sido vicelehendakari. Aquello nos alejó muchísimo y dio origen a un desencanto. Aquello se tenía que haber recompuesto, pero todo se rompió y las consecuencias han sido malas porque el PSE y el PNV perdieron la confianza. Al final, en las últimas elecciones, el partido que perdió, el PP, fue el árbitro de la situación, y se ha producido esta unión que yo justifico aludiendo al error de Lizarra y al hecho cierto de que PP y PSOE han sido los que más han sido diezmados por ETA.
P. Da la impresión de que aquí se ha perdido mucho tiempo en busca de un objetivo simple, la paz.
R. Yo no sé si se ha perdido mucho tiempo, porque la historia de una sociedad es tan complicada y hay tantos factores... Yo creo que ha costado mucho a todo el mundo darse cuenta de la situación, que va desde aquella época en que morían tan sólo guardias civiles hasta una época siguiente en que podíamos morir cualquiera, hasta esta en que todo dios va con escolta... Desde aquella época en que escuchabas decir "algo habrá hecho" cuando moría un guardia civil... Algo ha pasado para que ahora lo que se diga, en todas partes, es que con ETA no tenemos ningún futuro y lo que le estamos pidiendo a la izquierda abertzale es que haga política, y que ahí hable de independencia, de lo que quiera, porque eso es posible. Siempre habrá unos irreductibles, pero creo que ha habido toda una evolución, que la sociedad vasca le ha dado una vuelta a la historia. Y hay gente que sigue siendo nacionalista, o independentista, o lo que sea, pero no quiere que funcione ETA porque ha demostrado que nos lleva al fracaso colectivo... Aralar es un ejemplo: fue valiente al dar un paso; son independentistas, son de izquierdas, pero han abjurado de la violencia, y eso para mí tiene mucho valor.
P. De esa valoración positiva de Aralar, leída en clave municipal, parece desprenderse que usted está pensando en las coaliciones posteriores a 2011...
R. No, no he empezado a pensar en las elecciones de 2011. ¡Todavía estoy pensando en cómo abro La Alhóndiga o cómo abro el Palacio de Deportes y cómo pongo en marcha los nuevos edificios de la trasera del Ayuntamiento! El cáncer me ha hecho trabajar a corto plazo, y 2011 es el largo plazo... Pero ya que me han tocado la fibra, siempre he dicho que si la izquierda abertzale, cuyo modelo de sociedad no tiene nada que ver con el mío, abjura alguna vez de ETA, rompe su cordón umbilical con la organización terrorista y se dedica a la política, entonces se podrá contar con ella. Podrá pactar con el PNV, con el PSOE...; con el PP lo veo más difícil de momento, pero nunca se sabe: desde aquel PP que conocí al principio hasta ahora fíjate si ha cambiado, ha cambiado una barbaridad...
P. ¿Para bien?
R. Se ha hecho más abierto. El PP no puede seguir siempre explicando a España la unidad de España, tendrá que entender las autonomías... El PP no aprobó el Estatuto de Gernika, creía que era un paso a la independencia y ahora es el más estatutario del mundo. ¡Cosas veredes, Mío Cid!
P. ¿Y es más fácil ahora convivir entre nacionalistas y no nacionalistas?
R. Yo creo que el País Vasco es muy plural; quizá haya un hálito nacionalista. Pero habrá que llegar al punto en que ese sea un sentimiento en medio de otros. Patxi López cumplirá cuatro años y vendrá otro, o seguirá él. Este país tiene que converger hacia la pacificación; habrá un nacionalismo, un socialismo, una izquierda abertzale, y una derecha española, una derecha de toda la vida, la que aquí existió siempre. En San Sebastián parecía que nunca iba a haber otra cosa que nacionalismo, y Odón Elorza lleva ahí veinte años. Donosti parecía abertzale, y ahí hay de todo: cuando iban los Reyes al palacio a pasar el veraneo, pues seguramente habría mucha gente que siendo monárquica de corazón también sería monárquica de interés.
P. Y había gente que recibía a Franco...
R. Y muchos son ahora demócratas de toda la vida.
P. Dijo en esta conversación que si Ardanza hubiera estado sano y salvo...
R. Es una tesis mía, ¿eh? Muy personal e intransferible. Nicolás Redondo [líder socialista entonces] les dijo a sus consejeros que se fueran del Gobierno. Si Ardanza está en pie, eso no se rompe.
P. Y vino Ibarretxe. ¿Qué supuso su idea con respecto al futuro de Euskadi?
R. La idea no era mala; su sustrato era legítimo. Y creo que lo pensó bien. Pero desde el punto de vista estratégico tuvo dos errores: no consensuar, y volver a intentarlo después del no del Congreso. Se judicializó el asunto y fue peor el remedio que la enfermedad. Por tanto, yo creo que el fondo era bueno, pero ese fondo sin acuerdos aquí en casa era imposible de llevarlo a cabo. Todo es posible, todo es posible, pero para eso hay que lograr complicidades, a las bravas no se puede hacer.
P. Ahora ha perdido el PNV, después de mucho tiempo de haber ganado. ¿Cómo se queda el partido?
R. Pero antes déjenme que les diga algo: a Ibarretxe le ha hecho mucho daño el que mucha gente y muchos partidos le hayan zumbado diciendo algo así que él no ha hecho nada por luchar contra ETA. Eso no es verdad: él y el consejero Balza lucharon contra ETA con las posibilidades que tenían. Por ahí no admito que el PNV no ha tenido las ideas claras. Quizá con las víctimas fuimos un poco fríos al principio, pero eso fue mejorando...
P. Volvamos a la pregunta: ¿cómo está el PNV?
R. Sacó 30 escaños, ganó las elecciones, perdió el Gobierno. Al PNV le ha pasado lo que a cualquiera le habría pasado, incluso a mí. Es legítimo ganar las elecciones y perder el Gobierno, pero cabrea. El PNV ha llegado ahora al momento en que ya debe olvidar esa circunstancia y hacer oposición. Que el PNV es posibilista, lo ha demostrado todos los días; ahí está apoyando los Presupuestos de Zapatero, hay que tener mucha moral para eso. Fue posibilista en la República, fue posibilista en la clandestinidad, y yo creo que está siendo posibilista en este momento... Tiene que hacer una oposición seria y leal al Gobierno de Patxi López. No tiene que ser una oposición de tierra quemada. E insisto que con respecto al Gobierno de España se está colaborando a pesar de la posición de Zapatero, que en este momento es desastrosa.
P. ¿Sigue hablando con Josu Jon Imaz? ¿Fue una pérdida?
R. No hablo mucho, porque no le veo mucho... Sí, naturalmente que fue una pérdida. Imaz era una cabeza extraordinaria, un hombre templado y tenía apoyos en el partido, pero fuera del partido tenía muchos apoyos también. Habría sido un lehendakari que ya hubiéramos visto si saca a Patxi López del Gobierno. Imaz habría arrastrado mucho voto de fuera del PNV. Pero es mi opinión, ¿eh? Igual es que yo soy un chalado y no digo más que tonterías.