miércoles, 20 de mayo de 2009

CABRIEL SE REMANGA.ARTÍCULO EN EL DIARIO SUR SOBRE LA REHABILITACIÓN DE CABRIEL 27 INICIADA POR LA ASOCIACIÓN DE INTEGRACIÓN GITANA DE LA PALMAPALMILL


Los vecinos del número 17 de esta calle de La Palma, hartos de esperar la rehabilitación anunciada por la Junta y el Ayuntamiento de Málaga, se ponen manos a la obra para limpiar, reparar y adecentar las zonas comunes
20.05.09 -
Voluntarios retiran desperdicios del suelo. / ANTONIO SALAS
«La mierda nos come». Lo afirma María Heredia Torres, miembro de una de las cincuenta familias que malviven en el número 17 de la calle Cabriel, en la barriada La Palma. Con María, de 63 años, están en el piso sus 14 hijos y «no sé cuantos nietos y bisnietos». Hace un esfuerzo para bajar a la calle, ya que a su volumen físico se une la falta de un ascensor que funcione.
Hace dos años que el elevador dejó de moverse. El estado del bloque es deplorable. Como muchas personas no pueden bajar a la calle, dejan bolsas de basura en las escaleras. «Así ha llegado la mierda hasta la quinta planta», comenta Jesús Rodríguez, presidente de la Asociación por la Integración de la Comunidad Gitana Palma-Palmilla, que es la artífice de esta respuesta vecinal ante el abandono de las administraciones públicas.
Las ratas han encontrado su mejor cobijo en estos andurriales. Campean a sus anchas. Jesús Rodríguez, metido a albañil, se afanaba ayer en tapar los boquetes, que son túneles de comunicación para los roedores. Sin duda, las condiciones higiénicos sanitarias no se cumplen, y las administraciones, mientras, miran para otro lado.
«Estamos hartos de que la Junta le eche la culpa al Ayuntamiento y el Ayuntamiento a la Junta». Tercia Ana Cortés, una joven gitana que es mujer de Jesús Rodríguez. «Ni siquiera han ayudado con los materiales», añade.
Su marido y unos cuantos vecinos han tenido que limosnear el cemento, la arena, la cal y las herramientas para ponerse mano a la obra. Un par de rumanos extiende el rodillo con pintura aguada en las pintadas que rodean el bloque. Una decena de vecinos o allegados observa el trabajo voluntarista de los dos inmigrantes gitanos.
Falta de luz y agua
El bloque tiene trece plantas, con cuatro viviendas en cada una. Cincuenta y dos pisos en los que habitan algo más de 300 personas. A la inutilización del ascensor se une la falta de luz y de agua. «A los políticos se nos tendría que caer la cara de vergüenza por no solucionar esta situación», declaró Antonio Serrano, uno de los dos concejales de IU en el Ayuntamiento de Málaga.
Los vecinos acudieron a él en busca de ayuda, y el edil, con un pie dentro y otro fuera de la coalición, metió ayer los dos en la basura y se remangó para retirar la basura de la entrada del portal y cortar las malas hierbas. «Esto debería de avergonzar a quienes gestionan el dinero público y dicen que tienen el firme compromiso de rehabilitar la barriada», señaló.
En pocos minutos llenaron los contenedores de basura. Y todavía quedan kilos de porquerías por las escaleras. La voluntad de los vecinos es salir del pozo ciego en que se encuentran, pero no hallan la ayuda de las Administraciones. «Hasta el día que estallemos», sentencia María Heredia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buena Informacion,bien presentado,y con el corazon.
Gracias Dios mio por darnos la suerte de tener cerca a personas como Antonio Villanueva.ENHORABUENA Y UN ABRAZO Cesar Concellon en Malaga a 26/Mayo/2009