domingo, 28 de marzo de 2010

JULIO CÉSAR.DISCURSO DE MARCO ANTONIO

Julio César de William Shakespeare
Marco Antonio se dirige al pueblo romano congregado en el Foro
¡Amigos, romanos, compatriotas, prestadme atención!
¡Vengo a inhumar a César, no a ensalzarle!
¡El mal que hacen los hombres perdura sobre su memoria!
¡Frecuentemente el bien queda sepultado con sus huesos!
¡Sea así con César!
El noble Bruto os ha dicho que César era ambicioso.
Si lo fue, era la suya una falta grave,
y gravemente la ha pagado.
Con la venia de Bruto y los demás,
pues Bruto es un hombre honrado,
como son todos ellos, hombres todos honrados,
vengo a hablar en el funeral de César.
Era mi amigo, para mí leal y sincero;
pero Bruto dice que era ambicioso.
Y Bruto es un hombre honrado.
Infinitos cautivos trajo a Roma,
cuyos rescates llenaron el tesoro público.
¿Parecía esto ambición en César?
Siempre que los pobres dejaban oir su voz lastimera, César lloraba.
¡La ambición debería ser de una sustancia más dura!
No obstante, Bruto dice que es ambicioso
y Bruto es un hombre honrado.
Todos visteis que en las Lupercales
le presenté tres veces una corona real, y la rechazó tres veces.
¿Era esto ambición?
No obstante, Bruto dice que era ambicioso
y ciertamente, Bruto es un hombre honrado.
¡No hablo para desaprobar lo que Bruto habló!
¡Pero estoy aquí para decir lo que sé!
Todos le amasteis alguna vez y no sin causa.
¿Que razón, entonces, os detiene ahora para no llevarle luto?
¡Oh raciocinio!
Has ido a buscar asilo en los irracionales,
pues los hombres han perdido la razón...
¡Perdonadme un momento!
¡Mi corazón está ahí, en ese féretro con César,
y he de detenerme hasta que torne a mí.

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