ECONOMÍA
El ocaso de las grandes constructoras
Varias de las empresas que han liderado la economía malagueña en la última década están ahora en concurso de acreedores y alguna, como Procusan, ya está en liquidación.
ÁNGEL RECIO /MÁLAGA | ACTUALIZADO 03.02.2013 -
Han pasado del todo a la nada. De presentar proyectos de millones de euros de inversión a tener las arcas llenas de telarañas. De codearse con los máximos representantes políticos, económicos o sociales a tener que regatear hasta con el último proveedor y quedarse en manos de lo que diga un administrador concursal. La crisis económica ha disparado el paro, el consumo ha caído, no hay crédito y apenas se venden pisos. Quedan miles de viviendas vacías en Málaga sin vender y muchas de ellas son ahora propiedad de los bancos, pues las promotoras no han podido hacer frente a las hipotecas. La licitación de obra pública casi ha desparecido, por lo que las promotoras y constructoras han visto cerradas, casi de golpe, sus dos principales entradas de dinero. En apenas cinco años han bajado desde el cielo al infierno, un cambio muy duro de asumir tanto empresarial como personalmente pero que unos llevan mejor que otros. Grandes promotoras y constructoras como Aifos, Evemarina, Echeverría, Procusan o Ingeconser han presentado concurso de acreedores en los últimos años. La última ha sido Construcciones Vera, esta misma semana. Este diario se ha puesto en contacto con los dos juzgados mercantiles de la provincia para ver en qué situación se encuentra cada una de estas firmas.
Aifos
Es el mayor concurso de acreedores con el que tiene que lidiar en este momento el Juzgado Mercantil número 1 de Málaga. De hecho, el juez asegura que dedica gran parte de su tiempo a incidentes relacionados con este concurso. Presentó el concurso de acreedores en verano de 2009 y los administradores concursales realizaron su informe en septiembre. La deuda es de 1.000 millones de euros y hay unos 6.000 acreedores, muchos de ellos personas particulares que compraron un piso, adelantaron una cantidad y el inmueble no se hizo.
El informe de los administradores -en el que éstos ponen por escrito qué debe la empresa a cada acreedor- recibió 700 impugnaciones, es decir, 700 acreedores no estaban de acuerdo con la cantidad que se les señala en el informe o la propia empresa cree que ha habido algún fallo. Cada una de esas impugnaciones tiene que ser valorada por el juez y emitir una sentencia, lo que requiere un tiempo. Casi tres años después aún quedan por resolver 150 impugnaciones. La intención del juzgado es terminar este proceso, llamado fase común, en verano.
Posteriormente, lo habitual es que la empresa presente un convenio en el que se establece la forma de pago. Si más del 50% de los acreedores lo aprueban, se sigue hacia delante. Si no, se liquida la empresa, se venden los activos que le queden y con ese dinero se abona lo que se pueda a los acreedores. Incluso en el caso de que se apruebe el convenio, si la empresa lo incumple se procede a la liquidación. La mayoría del pasivo corresponde a varias entidades financieras. Aifos sigue teniendo un departamento comercial e intenta vender los inmuebles que puede.
Evemarina
Ha sido una de las promotoras que han caído casi tan rápido como crecieron. A mediados de la pasada década era una firma imprescindible en los salones inmobiliarios y tenía inversiones millonarias, principalmente, en Casares o Canarias. Se constituyó en 2001 y apenas cuatro años después facturaba más de 200 millones de euros. Se declaró su concurso de acreedores en noviembre de 2009 y su presidente, Borja Ramos, desapareció del mapa. En estos momentos el proceso en el Juzgado Mercantil número 1 sigue en la fase común. Evemarina está formada por varias empresas y algunas de ellas están en liquidación. Por el momento no se ha presentado convenio porque es más que probable que la matriz también termine siendo liquidada. Su deuda, entre Evemarina o la constructora Borca, supera los 250 millones de euros. Hay cientos de acreedores esperando a ver qué ocurre.
Ingeconser
Ha sido una de las últimas constructoras en entrar en concurso de acreedores. El Juzgado Mercantil 1 bis lo declaró en octubre del pasado año y el proceso aún se encuentra en una fase inicial. En el juzgado señalan que tiene una deuda de 90 millones de euros y 1.200 acreedores. Solo en obra pública tenía una cartera de 150 millones de euros. En su página web se asegura que tienen una cartera de 10.000 viviendas, oficinas y locales comerciales en Andalucía, Murcia o la Comunidad Valenciana, así como proyectos en Brasil o Argentina.
Procusan
Fue una de las constructoras más activas de la última década. Hay varias urbanizaciones con su nombre por toda la costa malagueña y en otros puntos de España. Llegó a facturar en los momentos de auge más de 160 millones de euros. En estos momentos está en fase de liquidación en el Juzgado Mercantil número 2. Hay 314 acreedores y se estima que la deuda ronda los 150 millones de euros.
Inmobiliaria Echeverría
Es una de las históricas. Fue fundada en 1959 y ha construido barrios enteros como el de Echeverría del Palo. En sus más de 50 años ha realizado más de 6.000 viviendas en Málaga, Mijas o Algeciras. Fue declarada en concurso de acreedores en junio del año pasado. Su pasivo es de unos 35 millones de euros y tiene 143 acreedores. El informe de los administradores ha sido impugnado y la empresa aún no ha presentado convenio. Sí realizó un ERE y la compañía ha pasado de tener 19 empleados a 5. Su director general, Tomás Zulueta, señala que no están construyendo nada y "lo que estamos haciendo es vender pisos sueltos para ir teniendo liquidez". La empresa atraviesa un pésimo momento, pero Zulueta es optimista. "Tenemos patrimonio de sobra (suelo, viviendas, aparcamientos) y es superior a nuestra deuda, pero ahora no se vende nada ni por la mitad de su precio. Nos falta, por tanto, líquido. Si el mercado estuviera en una situación normal no nos veríamos así", explica.
Construcciones Vera
Es, además de histórica, una de las dos principales constructoras de Málaga junto a Sando, pero no ha podido aguantar el tirón. Tiene varias obras públicas concedidas aunque está pendiente de posibles paros por la reprogramación de las Administraciones y su área inmobiliaria, como en el resto del sector, está casi paralizada. Esta semana se ha declarado su concurso de acreedores. Tiene, según han confirmado fuentes de la empresa, una deuda de 76, 5 millones de euros, de los cuales 25,4 millones corresponden a bancos y 17 millones a proveedores. Hay 400 acreedores. Vera ha presentado un convenio en el que se contempla una quita del 45% y una espera de siete años para cobrar. Lo han aceptado, por ahora, el 27,5% de los acreedores. Necesita, al menos, el 50%.
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