martes, 11 de noviembre de 2014

ENTREVISTA A LAGARDE DANCIU EN EL DIARIO EL MUNDO. ACTIVISTA,GITANO,RUMANO Y GAY.

POLÍTICA Aspira a entrar en la Comisión de Garantías Democráticas de Podemos

El gitano azote de la 'casta' gitana se sube al barco de Podemos


  • Lagarder Danciu lleva dos años denunciando las mafias de las asociaciones gitanas

  • Rumano, gitano y gay se declara contrario a las subvenciones al pueblo gitano

  • Tiene la carrera de Sociología y trabaja como traductor jurado en los juzgados


Lagarder Danciu posa con las Tres Mil Viviendas al fondo y una...
Lagarder Danciu posa con las Tres Mil Viviendas al fondo y una camiseta contra la corrupción. CARLOS MÁRQUEZ


Nació en 1981 en la Rumanía de Ceaucescu, y, como tantos otros hijos de gitanos, pasó su infancia y su juventud en uno de los cientos de orfanatos que el régimen comunista tenía repartidos por el país. El suyo estaba en Bucarest. "En parte, se lo agradezco a los comunistas. Me dieron educación, me pagaron la matrícula para estudiar en la Universidad Pública y el hecho de vivir en un orfanato me permitió ver con objetividad y no de una manera sesgada la realidad de los gitanos".
Lagarder Danciu es el primer gitano que hace pública su candidatura para entrar a formar parte de los órganos de dirección de Podemos, que se elegirán por votación del 10 al 14 de noviembre próximos. La suya en concreto es para La Comisión de Garantías Democráticas, que estará compuesta por diez personas, y que cuenta con el aval del Círculo de la Macarena, el mayor, en número, de Sevilla. "Llevo toda mi vida siendo activista contra la corrupción, y en esta comisión vamos a velar por el respeto de los principios éticos de la organización". Más adelante, cuando llegue el momento, optará también al Consejo Local de Sevilla. Y es posible, incluso, que pelee en su día por ocupar cargos públicos bajo las siglas de Podemos.
Lagarder no es un gitano típico. Se define a sí mismo como "un joven gitano preparado académicamente, poliglota e inquieto" y cree que "Podemos, como primera fuerza política en España en intención de voto, supone una oportunidad para resolver y solucionar los apremiantes problemas del colectivo gitano". Lleva dos años investigando y denunciando la corrupción en el mundo asociativo gitano. Se declara en contra de las subvenciones a este colectivo por razón de etnia. "Las ayudas, para los que la necesiten, sean gitanos o no. Las subvenciones sólo han servido para generar un aparato y alimentar los prejuicios", explica. Entre los gitanos también hay casta. "¿Dónde está el dinero que se les ha dado a las asociaciones de gitanos desde la época de Felipe González? Cada vez hay mayor exclusión social, el abandono escolar es del 60%... ¿Qué se ha hecho con ese dinero?".
Después de casi diez años, se siente, asegura, "más sevillano que rumano". Salió huyendo de una Rumanía asfixiante para alguien como él. Gitano y gay. "Después de cuarenta años de comunismo y con la presión del cristianismo ortodoxo (mucho más duro que el catolicismo -afirma-), buscaba sentirme libre, no tener que esconderme". Había terminado Sociología y Trabajo Social en la Universidad Pública de Bucarest y llevaba un año trabajando como funcionario en un centro de acogida de menores en su país cuando decidió echarse el petate a la espalda.
El primer año lo pasó en Portugal. "Trabajé en la agricultura, pero estaba feliz. Allí no era un problema ser gay y expresarse con libertad". Después pasó por Aracena, donde trabajó también en el campo un tiempo, antes de entrar a trabajar en un hotel de lujo. "En esa época hice un máster, estuve estudiando...". El Ministerio tardó dos años de papeleo y burocracia en homologarle el título universitario que había obtenido en Roma.

Experiencia en las Tres Mil Viviendas

Ya en Sevilla, estuvo trabajando en un programa de mediación entre profesores y alumnos que la Consejería de Educación suprimió en 2009 por culpa de la crisis. Estuvo muy en contacto con la realidad de las Tres Mil Viviendas, quizá la zona más deprimida socialmente de la ciudad. Chocó mucho con el Comisionado del Polígono Sur, que entonces dirigía quien hoy es Defensor del Pueblo Andaluz, y que considera un "aparato burocrático" inútil y torpe, un "negocio" de los partidos políticos tradicionales a los que "no les interesa que la situación de las Tres Mil Viviendas cambie".
"Mi sueño sería que ganara Podemos unas elecciones y poder implicarme en las 3.000 Viviendas. Se pueden hacer muchas cosas,hace falta trabajo y pedagogia, y apoyar el emprendimiento. ¿Por qué no pueden ser la gente del barrio los barrenderos de sus calles o sus propios jardineros?", se pregunta. "Porque no interesa", responde. "No hay verdadera voluntad de empoderar al pueblo gitano. La pobreza en la zona, a pesar del Comisionado, ha aumentado".
Hace nueve años que trabaja como traductor jurado en los juzgados y para la Policía. Pero no abandona su activismo. Estas últimas semanas se ha reunido con el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, a raíz de la aprobación de una nueva ordenanza de limpieza, que ampliaba a 750 euros las multas impuestas a quien rebuscara en la basura en la ordenanza que aprobó hace unos años el gobierno de Monteseirín. "Me siento muy comprometido con los gitanos rumanos. En Andalucía hay 7.000 gitanos chatarreros. Y lo que hacen falta son soluciones no castigos. Hay que empadronarlos, y cuando se empadronen serán ciudadanos con derechos. Las multas no tienen ningún sentido". Tal es su poder de convicción, que hasta el alcalde Zoido le ha dado la razón y se ha comprometido a volver a reformar la ordenanza: "El alcalde me ha dicho que le da vergüenza lo de los 750 euros, que él no lo sabía".

No hay comentarios: