martes, 29 de mayo de 2012

EL SUICIDIO DE LA JUSTICIA


EL SUICIDIO DE LA JUSTICIA
Antonio Villanueva Martín.Bienestar Ciudadano. Artículo Revista El Observador
Un hombre yace en el suelo. Acaba de caer desde el edificio más próximo .Unos policías aparecen de inmediato e intentan reanimarlo. Pero ya nada se puede hacer. Se ha lanzado al vacío desde la terraza de su domicilio ,instantes después de entrar en él acompañado por los agentes de la UDYCO. Los mismos que ahora intentan reanimarle. Estaba detenido y aprovechó un descuido durante el registro de su casa para suicidarse. La gente se agolpa en torno al cadáver.
Hay todo tipo de habladuría sobre la identidad del fallecido. Pero nada se sabe aún. El individuo ha caído boca abajo ocultando su cara.
Se confirma, es un vecino del barrio. En su garaje permanecen una Harley Davisson y un Ferrari de su propiedad. El tipo responde a las iniciales F.C. y es funcionario de los juzgados de Marbella. A pesar de lo suntuoso de sus vehículos F.C. no es un magistrados ,sino un humilde agente judicial. Lo que da pábulo a numerosos cotilleos.
A F.C. se le involucra en una trama delictiva en los juzgados de Marbella. Han desaparecido numerosos documentos que podrían condenar a Jesús Gil por el caso que, al fin, le ha hecho ingresar en prisión. F.C estaba casado y tenía un hijo.
Es 3 de octubre del 2001. 10 años después que Jesús Gil ganara sus primeras elecciones. Sabemos que F.C. es simpatizante del GIL( Grupo Independiente Liberal) y sabemos que tenía acceso a los documentos comprometedores desaparecidos.
A las 10 de la mañana del día siguiente se celebra la misa funeral por su alma en la capilla del cementerio nuevo de Marbella. Jesús Gil no ha estado en el funeral. Ha mandado en su nombre al antiguo jugador de fútbol del Atlético de Madrid, Tomás Reñones, Teniente de Alcalde del Ayuntamiento y amigo del fallecido.
Tomás es concejal de Deportes en el Ayuntamiento desde que Gil lo rescató de su retiro futbolístico. Jugaba de lateral derecho y a pesar de sus limitaciones técnicas llegó a ser internacional con la roja. Los comentaristas deportivos parecían recitar de memoria su jugada favorita: Tomás corre la banda derecha hasta la línea de fondo y centra.Lástima. El balón se pierde por el otro lateral sin encontrar rematador.
Tomás siempre manda los balones fuera.En el fútbol y ,hoy ,fuera del fútbol. Se dice que Gil le había pedido a Tomás Reñones que centrase y rematase al mismo tiempo. ¡Rematar Tomás con su escaso 1,68!. Otro balón fuera.
En los juzgados de Marbella,donde trabaja el amigo de Tomás, llevan también años mandando balones fuera: perdiendo sumarios, haciendo prescribir delitos, ninguneando a los querellantes.
Los querellantes(en un pueblo como la Marbella de Gil podría ser un buen nombre para una chirigota), afirman que todo ocurre porque Gil paga los congresos de los jueces ,y que además, Gil manda en los juzgados de Marbella a través de un conserje que es el testaferro de un magistrado de los gordos de Madrid. Lo dicho,de chirigota.
El suicidio es un pecado pero no un delito. No sabremos nunca de su boca de los pecados de F.C.. Sí conocemos ,en cambio, de los pecados de los magistrados. Gil les financió un congreso en el año 92 a base de caviar iraní y hoteles de lujo. Ninguno de aquellos hombres justos de la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura pensó ni sintió que estuviera Don Jesús comprando voluntades, las del gremio. Pero lo cierto es que desde los juzgados de Marbella se han tirado 20 años mandando balones a la grada como cuando Tomás portaba el número dos en su colchonera camiseta.
No solamente F.C. parece haber optado por el suicidio. Hace tiempo que la justicia se suicidó en la Costa del Sol: el indulto de Gil, el cohecho del Juez Urquía, el entramado familiar de la Jueza Decana Pilar Ramírez,el robo de sumarios, las amistades peligrosas de Manzanares ex-Vicepresidente del CGPJ,los no-delitos urbanísticos...
Pero un día se apareció Don Carlos Dívar lleno de vida y contento diciéndole a todo el mundo se equivocaron de muerto
Y cuando ya estábamos velando a la justicia en la Costa del Sol, llega el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial Don Carlos Dívar y la hace resucitar pegándose más de 20 viajes vacacionales a Marbella ,sin escatimar en gastos, a costa del erario público y en tiempos de crisis. Qué mejor que una comilona para resucitar al muerto. Poco ha tardado la fiscalía en enterrar las andanzas de Don Dívar . Y es que la justicia ,a pesar de su suicidio, no estaba muerta. Estaba tomando cañas. Cuchibiri,cuchibiri,chibirí.


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