Los ‘villanos de oro’ de las cajas
Los directivos de las entidades rescatadas reciben indemnizaciones millonarias.
Alguno están inmersos en procesos judiciales pero ninguno ha ido a prisión ni ha devuelto lo cobrado
Ramón Muñoz
Madrid
Es, con la información pública disponible, el campeón de los villanos
de oro de las cajas. Le resultó muy rentable ser director general
durante nueve meses de Novacaixagalicia, que luego necesitó 3.600
millones en ayudas públicas. Se fue con 18,5 millones, de los cuales 7,7
millones son por la jubilación anticipada, 3,9 millones por la
indemnización y 6,9 millones por el plan de pensiones. El liderazgo de
los jubilados dorados se lo disputa José Luís Méndez, el ex director
general de Caixa Galicia, que recibió oficialmente un retiro de 16,5
millones pero que ha podido recibir mucho más.
La ex directora general de Caja del Mediterráneo (CAM) es la más
mediática. Los apenas diez meses que dirigió la caja alicantina le
sirvieron para autofijarse un sueldo de 600.000 euros y una pensión
vitalicia (tiene 49 años) de 370.000 euros anuales. Investigada por la
Audiencia Nacional y por la Fiscalía Anticorrupción por falsear
presuntamente las cuentas llegó a reclamar 10 millones por su despido
improcedente cuando la caja fue intervenida por el Banco de España. La
CAM ha recibido 5.800 millones del Estado. Su antecesor en el cargo y
también investigado, Roberto López Abad, se llevó 5,8 millones.
Expresidente de Caixa Penedès. Antes de marcharse se diseñó un pensionazo
de 11 millones de euros y otros de 9 millones en total para tres de sus
colaboradores. Está siendo investigado judicialmente. El Banco Mare
Nostrum, donde se integró la caja, ha recibido 916 millones del FROB.
Josep María Loza, ex director general de Caixa Catalunya, Dejó la
caja en 2008 y, según fuentes de la entidad, ahora integrada en
Catalunya Banc, recibió una indemnización de 5 millones y otros 5 por
fondo de pensiones. Le sucedió Adolf Todó, actual presidente de
Catalunya Banc, el banco que ha recibido 2.968 millones en ayudas
públicas. Todó percibió 1,5 millones en 2011. y, según consta en la
memoria de ese año, tiene derecho a una "prestación postocupación" de
3,55 millones.
Expresidente de Caja Madrid. Se llevó una indemnización de 2,8
millones de euros, pecata minuta si se compara con los 25 millones que
quería repartirse junto a otros nueve directivos por un plan de bonus.
Rodrigo Rato al llegar a la presidencia de la caja, integrada en Bankia,
suspendió este plan. Por su parte, Rato no ha aclarado sí ha renunciado
a su indemnización de 1,2 millones tras dimitir en Bankia, donde tuvo
un sueldo en 2011 de 2,4 millones. Bankia va a necesitar 23.465 millones
de dinero público, tras perder 2.979 millones en 2011. Banco Financiero
y de Ahorros, matriz de Bankia, también deberá pagar una indemnización
de 6,16 millones a Matías Amat, antiguo directivo de Caja Madrid.
Director general de Banco de Valencia, filial de Bancaja. Se integró
en la dirección de Bankia pero cuando Rato se lo quitó de encima el año
pasado no perdió el derecho a una indemnización de cerca de 14 millones en pensiones y compromisos de prejubilación que había pactado en Bancaja.
La caja valenciana y el banco filial han sido un verdadero filón para
los directivos que contribuyeron a su hundimiento, antes de integrarla
en Bankia. Así, Domingo Parra, ex consejero delegado de Banco de
Valencia. pactó una indemnización de 7,1 millones que él asegura que no
ha cobrado. Era la mano derecha de José Luis Olivas, presidente de
Bancaja, que se vio obligado a renunciar a su indemnización cuando salió
de Bankia pero no al plan de pensiones, además de recibir 1,7 millones
en 2011.
Son responsables directos, con la connivencia de las camarillas
políticas regionales, de las mayores quiebras de la historia del sistema
financiero español. Financiaron proyectos urbanísticos especulativos,
obras públicas ruinosas como aeropuertos vacíos, alimentaron tramas de
corrupción y hasta llegaron a falsear las cuentas. Y no solo no han
tenido que rendir cuentas, sino que han recibido indemnizaciones
millonarias a su salida, tras años de cobrar sueldos estratosféricos.
Pese a que su gestión desastrosa le va a costar al contribuyente como
mínimo 50.000 millones de euros en forma de ayudas públicas, como intuye
la sabiduría popular, ninguno de ellos ha ido a prisión ni ha devuelto
un euro de sus emolumentos.
José Luis Pego
María Dolores Amorós
Ricard Pagès
Josep María Loza
Miguel Blesa
Aurelio Izquierdo
Juan Pedro Hernández Moltó
Expresidente de Caja Castilla-La Mancha. Su inclusión en la lista se
debe más a su carácter de pionero que a su enriquecimiento personal.
Presume de haber ganado solo 130.000 euros al año al frente de la caja y
de haberse ido al paro sin indemnización alguna cuando el Banco de
España intervino la entidad el 29 de marzo de 2009. Militante y alto
cargo del PSOE, puso su firma a la financiación de operaciones
desastrosas amparadas por los Gobiernos regionales de José Bono y José
María Barreda, como el aeropuerto de Ciudad Real, que desembocaron en el
primer rescate de una entidad en España, con 9.000 millones de euros de
dinero público. Unos años antes, como diputado daba lecciones de
honradez al entonces gobernador del Banco de España, Mariano Rubio.
“Míreme de frente”, le llegó a decir.
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